Mucha gente pequeña, en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo.
Lograr la formación integral de los niños a través de:
· Una educación personalizada que respete sus diferentes tiempos de aprendizaje y los intereses propios de la edad.
· Un servicio educativo con valores evangélicos, acompañándolo en su proceso de maduración en la fe y de la integración en la comunidad cristiana.
· El conocimiento a sus limitaciones y emociones.
· La socialización a partir de actividades lúdicas creativas, en un clima de afecto, respeto, participación y solidaridad.
· El desarrollo de la capacidad y el ejercicio de la libertad y responsabilidad.
· La integración de las familias en el mundo del Jardín a través de actividades compartidas, reuniones, entrevistas, talleres, etc.
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